La rendición del ego

En el sueño de la bestia de Muh se trabaja el concepto de rendición.

El que se rinde siempre es el ego. ¿A qué? A algo muy simple: A la disposición establecida, a la palabra establecida, al compromiso cometido, a la coherencia entre comportamiento y fantasía.

En la verdadera espiritualidad, la única rendición es la del ego separatista y exclusivo.

La diferencia entre sumisión y rendición es que, la sumisión es relativa a aquello que somete. Hay sumisión siempre y cuando haya «sometedor», el ego gana autoimportancia cuando se somete, proyectándose a sí mismo en el «sometedor».

En la rendición no hay «sometedor». Hay apertura, una apertura tan grande que el ego no tiene más que rendirse ante ello, teniendo presente la perspectiva sobre su entidad y pequeñez.

Por eso en el Yi-Jing de ninzuwu hablamos de rendición y nunca
de sometimiento.