El cerebro reptiliano

El cerebro reptiliano parece ser asiento fisiológico de una fuerza que los magos buscan despertar para activar los poderes ocultos en el inconsciente. A esta fuerza se la llama Dragón.

Veamos unos fragmentos del libro Psiconauta.

«El Dragón de nuestras mitologías duerme dentro de nuestras propias cabezas. La evolución nos dejó con tres cerebros (http://www.monografias.com/trabajos59/cerebro-triuno/cerebro-triuno.shtml). En vez de una reestructuración completa del cerebro en cada fase del avance evolutivo, simplemente se agregaron nuevos pedazos para cubrir funciones nuevas. La parte más nueva de nuestro cerebro es lo que nos hace distintivamente humanos. Sólo los simios muestran algo similar. La parte que le sigue en antiguedad es algo que compartimos con los mamíferos en general. La parte más primitiva del cerebro es algo que los mamíferos, incluidos nosotros mismos, compartimos con los reptiles. El ser humano tiene un hombre, un lobo y un cocodrilo viviendo dentro de su calavera.

Todos los dragones, sierpes y demonios escamosos del mito y la pesadilla son atavismos de reptiles que surgen de las partes más antiguas de nuestros cerebros. La evolución no ha borrado estos patrones ancestrales de comportamiento, solamente los sepultó bajo una pila de nuevas modificaciones. Así, en la mitología los dioses, como representantes de la conciencia humana, suprimen a los titanes y dragones de la conciencia más antigua.

Las tradiciones de la magia conservan varias técnicas para despertar a los lobos y dragones durmientes de los cerebros más antiguos. Si las fuerzas etéricas del cuerpo se dirigen hacia arriba hasta el cráneo, las primeras partes del cerebro que se activarán serán los circuitos reptiles. Así, en el esoterismo oriental, la liberación del poder serpentino se llama la ascensión de la Kundalini. Conscientes de los peligros de esta técnica, los magos orientales insistían en que no se debe permitir que la Kundalini se quede allí, sino que se la debe hacer entrar en los centros cerebrales superiores...

La sociedad y las religiones se han preocupado de mantener permanentemente suprimidos al dragón y al lobo salvo en los momentos en que les convenía para hacer la guerra. Para el mago, estas fuerzas atávicas son una fuente de poder personal. Así Baphomet, el Dios de los magos, se muestra frecuentemente en forma compuesta de ser humano-mamífero-sierpe, como lo son muchos dioses chamánicos

Poseemos un cerebro compartimentado, una tríada débilmente conectada y claramente no integrada. En vez de una reestructuración completa del cerebro en cada fase del avance evolutivo, simplemente se agregaron nuevos pedazos para cubrir funciones nuevas. Hay estudios científicos que nos confirman el conflicto de los cerebros cuando se utilizan al mismo tiempo, y un ejemplo de ello es el multitasking:

«Investigadores de la Universidad de California (UCLA) descubrieron que el comportamiento multitasking crea una lucha entre dos partes del cerebro. Al hacer múltiples actividades, en el cerebro se da una batalla entre el hipocampo, que se encarga de guardar y hacernos recordar información, y el telencéfalo, específicamente en el núcleo caudado, que se encarga de las tareas repetitivas. Esto da como resultado que, si bien puedes realizar una serie de actividades simultáneas, al final te costará mucho más trabajo recordar lo que acabas de hacer.» [Fuente: Revista Inversionista.]

¿Será la figura de Baphomet un símbolo oculto de la finalidad principal del mago, esto es: la integración de los tres cerebros?

Obviamente no podemos cambiar la fisiología cerebral (sería iluso pensar que podrían alterarse las sucesivas addendas que Natura ha hecho sobre nuestro cerebro para reestructurarlo en un todo indiviso) pero sí traficar información entre un cerebro y otro, lo cual está ampliamente comprobado que se puede realizar.

Los magos de todas las épocas han trabajado en esta línea. En Gurdjieff encontramos una concepción del hombre que es muy análoga a los tres cerebros, habla de tres centros (motor, reptiliano; emocional, mesencéfalo; mental, telencéfalo) muy bien delimitados uno de otro. Todo el trabajo radica en volvernos concientes de su existencia, discriminando sus funciones, al punto que, no importa el centro dónde se esté operando, es posible tomar contacto con los centros en reposo.

En términos prácticos: toda la magia es un trabajo dedicado a generar puentes entre aspectos radicados en los tres cerebros, empezando por el reptiliano, siempre y cuando la persona esté apta, es decir, en un estado de sano equilibrio psíquico.

«...las primeras partes del cerebro que se activarán serán los circuitos reptiles. Así, en el esoterismo oriental, la liberación del poder serpentino se llama la ascensión de la Kundalini... La sociedad y las religiones se han preocupado de mantener permanentemente suprimidos al dragón y al lobo, salvo en los momentos en que les convenía para hacer la guerra. Para el mago, estas fuerzas atávicas son una fuente de poder personal. Así Baphomet, el Dios de los magos, se muestra frecuentemente en forma compuesta de ser humano-mamífero-sierpe, como lo son muchos dioses chamánicos

El poder serpentino, localizado en el cerebro reptiliano, no está activo en la consciencia localizada en el telencéfalo. El Hombre vive demasiado en el telencéfalo, de hecho este último cerebro nos define como tales. El centro de su consciencia, tan lejana al paleoencéfalo, nos da la respuesta más obvia sobre por qué el hombre padece psicológicamente.

«El paleoencéfalo o cerebro reptil sustenta una parte de la mente inconsciente, o subconsciente, donde se graba, se aloja y se desarrolla el Trauma Psicológico, aquello que determina la mayoría de miedos y fobias que conforman la mente reactiva, la cual, en algunas ocasiones, lleva al ser humano a comportarse como un animal salvaje.» Fuente: http://www.monografias.com/trabajos59/cerebro-triuno/cerebro-triuno2.shtml

¿Qué hace el hombre promedio cuando le surge un impulso irracional, que no puede referenciar con nada de lo conocido, que no entiende y tampoco puede poner en palabras? Lo niega, lo reprime diríamos hoy día. ¿Y a dónde va ese impulso?, ¿tal vez al depósito reptil en nuestro cráneo? Y ese impulso, esa energía, ¿a quién vitaliza?, ¿al reptil tal vez? Se sabe que cuando el cerebro reptiliano se activa fuertemente tiene total prioridad sobre la razón y las emociones, los otros dos cerebros.

El cerebro reptiliano es sistemáticamente cargado emitiendo cada vez mayores impulsos desestabilizantes de los dos cerebros restantes, por eso el telencéfalo se refuerza para mantener la olla tapada. Basta un estado de suspensión de la racionalidad, una crisis, una influencia externa, o un evento traumático, para abrir la válvula y habilitar una corriente de presión que no volverá a cerrarse hasta desagotar el exceso de presión.

En otro orden de cosas, podemos lanzar la siguiente duda al respecto: ¿Será el cerebro más avanzado del hombre, el telencéfalo, el causante de cargar de potencia al reptil, con los impulsos que la consciencia no puede procesar desde él?, ¿o será el hombre, con su hipervalorada racionalidad, quien no ha sabido integrar en la vida cotidiana una tercera parte de su cerebro?

De una forma u otra, no cabe duda que el cerebro reptiliano está sobreactivado por no prestársele la debida atención, y esto tiene consecuencias en el entorno inmediato de un individuo y en el entorno común de todos nosotros, el planeta tierra. El siguiente video, sólo hasta el minuto 3:10, ilustra muy bien nuestro punto. Sobre lo demás tengo mis serias dudas pero dejo que el lector saque sus propias conclusiones:

http://www.youtube.com/watch?v=dq-XBnW9_3g

La magia es una vía de descarga de este depósito, siempre lo ha sido. La práctica y la experiencia mágica empiezan con la liberación de impulsos, energía, de este gran acumulador, reestructurando obviamente la parte racional, abriéndola a perspectivas nuevas y mucho más amplias. La experiencia y, debo decir, sólo la experiencia ha demostrado que el viaje no termina ahí. Todos los magos de todas las épocas se han encontrado con «algo más» luego de haber liberado la mayor cantidad de cúmulos desde el cerebro reptiliano, y a eso lo han llamado Kundalini.

Parece que hay algo más que viejos traumas irresolutos, miedos, fobias y animalidad salvaje, parece que en «el viaje de descenso» alumbra una esperanza de contacto con la propia divinidad, lo cual está representado en casi todas las mitologías de la historia. Pero esto sólo es un rumor, no podemos tomar en serio todo lo que nos llega desde la mitología, los sistemas mágicos y la espiritualidad oriental.

A diferencia de quién busca la espiritualidad por la fe, el mago la busca por la razón y la experiencia. Utiliza la creencia para admitir provisoriamente como cierta una hipótesis que sigue para llegar al final de un recorrido dónde "verá por sus propios ojos" las razones que la prueban o no. La creencia es una gran herramienta, pero un mal conductor de la vida.

Fragmentos extraidos de Túneles de Seth
Ficciones, Edición Dispersa

Comentarios