Eso que no es

Indudablemente, podemos morir como seres relativos y luego ver el mundo que siempre estuvo allí esperándonos. ¿Quién posee las palabras para hablar de él?, ¿acaso éstas no son también seres relativos?

Hasta los Antiguos más abominables del exterior pueden ser descritos, más allá de ellos yace algo peor: Lo inrelativo, que no es y que no puede ser, pero existe, y voy a hablarles brevemente de algunos acontecimientos que me llevaron a su presencia.

El sendero de Ninzuwu es de despojo y plenitud. Es el néctar sagrado del espíritu derramándose a través del alma hacia el mundo. Es una forma de magia apocalíptica, afín a estos tiempos. Es el olvido final del mago para convertirse en un místico inflamado de poder divino.
Pero, por sobre todas las cosas, el Arte de Ninzuwu no es. Si el lenguaje insiste y me obliga, entonces el Arte de Ninzuwu es el cultivo de lo que no es, pero está presente en la inspiración del artista, en la lucidez del mago, en la elevación del místico, en la compasión de los Antiguos, en la vida misma.

Es «eso que no es» pero que sin Ello la creación entera sería un sinsentido. Sin embargo pudo revelarse en dos sinsentidos insignificantes: Messiah y yo, dejándonos aún más insignificantes. Nos fue convirtiendo en brisas pasajeras en la medida que nos íbamos entregando más y más al camino.

Acaeció así el olvido en dos infatigables magos en búsqueda de superar constantemente sus límites. Nos alcanzó y nos destruyó. Dejamos de ser, olvidamos el mundo y olvidamos los nombres de poder; fuimos vencidos, simplificados en el propósito de ir más allá de lo que nos guío hasta aquí. Más lejos, más profundo, más inconcebible, dejando atrás muchos estados que creíamos humanos por compartirlos con la mayoría.

No alcanzamos siquiera a llorar nuestra humanidad perdida, violentada hacia una muerte antes de su tiempo. En el hueco que dejó su ausencia permaneció su reverberación inconclusa, junto a la tenue voz del espíritu ahora amplificada por la cavidad.

Nos entregamos al sentido que el tiempo-espacio en cada ocasión tenía para ofrecernos. Messiah se vació de investigaciones históricas, yo de teorías. Dejamos de ser sustantivos para convertirnos en el movimiento mismo del <Cultivo>, el cual compartimos con unos pocos desconocidos nuestros. Nos supimos parte de una raza que gusta pasar inadvertida entre la humanidad.

Las Tablas de Marfil del Cuervo / Prefacio
Ficciones. Edición Dispersa

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