Hexagrama 32. La Duración

A cierto nivel este hexagrama significa soportar, a otro nivel significa permanecer igual. Aquí se describe el principio del I Ching de que la vida es un «seguir adelante». El desviarnos de nuestro camino evoca el consejo del I Ching para un «retorno» al yo verdadero y al camino correcto. Al «seguir adelante» mantenemos una actitud neutral; nos desligamos de «mirar atrás», «mirar al lado», o «mirar al futuro»; ponemos atención sólo a lo que se nos pone delante de nosotros para hacer algo, y nos interesamos sólo en lo que es esencial y correcto.
¿Debemos estar más contentos y relajados o debemos ser más cautelosos? El hexagrama nos aconseja que sigamos como si nada hubiera cambiado.
Muchas veces esperamos a que el cambio sea para mejor, otras tememos que pueda ser para peor. Al ilusionarnos o al soñar, nuestro ego insinúa que hagamos algo para mejorar, o parar, o adaptarnos a lo que está sucediendo.
Si hemos visto que la situación ha mejorado, debemos ver la mejoría sólo como uno de los muchos pasos que debemos tomar en la dirección debida. Evitamos volvernos entusiastas; permanecemos como antes. Si nos parece que la situación ha empeorado, nos recordamos que los retrocesos son inevitables. La situación se volverá irreversible sólo si la definimos como «mala». Si nos relacionamos apropiadamente, cada caída será menor que la anterior, y la dirección general será hacia el progreso.
Debemos recordar que las mejorías nos invitan a desenvolvernos de forma egoísta. Empezamos a ver la situación como beneficiosa para nosotros y así perdemos nuestra independencia interior. Esto, a su vez, incita a otro a manipularnos. Sólo hay un rumbo: seguir hacia delante sin dejarnos impresionar por las señales de cambio. No debemos cambiar nuestra forma de relacionarnos, sino continuar adelante. La victoria final será tan genuina que no habrá dudas que nos hagan cuestionarnos.
Las imágenes del trueno y el viento, como elementos que siempre se acompañan, simbolizan relaciones que perduran durante los desafíos y los cambios. El ejemplo que se da es del matrimonio como institución social que ha perdurado a través de los tiempos. El hexagrama también se ocupa de las actitudes que son esenciales para que perdure el matrimonio y la clase de relaciones humanas que proveen una base sólida para la sociedad.
A través del I Ching se pone énfasis en que una sociedad fuerte, ordenada y pacífica tiene como base una familia fuerte, ordenada y pacífica. La fortaleza y la seguridad de la familia, a su vez, hunde sus raíces en una relación entre marido y mujer fuerte y correcta. En La Familia, hexagrama 37, se dice que si el marido cumple su deber y la mujer el suyo, y si las relaciones entre hermanos es correcta, la familia logra seguridad y tiene buena influencia sobre la sociedad.
El hexagrama señala que el corazón de la familia es la esposa perseverante. Como tanto una mujer como un hombre pueden recibir este hexagrama, debemos considerar a ésta como simbolizando lo masculino o lo femenino en la relación o situación dada, en la cual debemos perseverar. Para tener un efecto beneficioso y para nutrir a todos de forma correcta, una persona así debe contentarse con trabajar en un segundo plano; de esta forma actuamos para mantener en orden la situación.
La duración se refiere a nuestro desarrollo individual instándonos a mantener nuestros principios durante los momentos de desafío: «el hombre superior permanece firme y no modifica su rumbo». La máxima constancia es ejemplificada por el santo, quien permanece para siempre en su rumbo, permitiendo que el mundo se forme cabalmente.
La firmeza requiere que preveamos que la maldad externa no nos afecte el espíritu, y que el triunfo no nos vuelva arrogantes; lo cual significa que nos mantengamos modestos y desapegados, escuchando nuestro sentido de la verdad, lo esencial y lo correcto. La perseverancia en la actitud correcta nos lleva a la firmeza y a la unidad de carácter necesarias para transformar el mal y para ganar el consentimiento de los demás para seguir el bien.
Es propicio tener a donde ir. Lo cual se refiere a nuestro camino. Si mantenemos nuestro camino en mente «la senda inferior como opuesta a la senda elevada» no nos desviaremos fácilmente de él. La senda inferior simboliza servir el bien a través de la perseverancia, la paciencia, y la moderación, y trabajar con el instrumento invisible de la verdad interior. La senda elevada es la de la agresividad, el abuso del poder y la persecución del interés personal por el cual nos relajamos en las indulgencias y el abandono.
Carol K. Anthony (extraído de su libro: Guía del I Ching)

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