15. Goecia / Goetia

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Una Introducción al Goecia
En mis estudios encontré solamente dos autores que describen someramente, una interpretación que a mi parecer es acertada respecto a las propiedades que da Salomón sobre los Espíritus del Goecia. Es lamentable que no se haya investigado más en esta línea, creo que esta mirada del goecia es la base para entender la acción de sus demonios.

Crowley en su goecia dice lo siguiente 

(la traducción es mía, puede que no sea perfecta)

Los espíritus del Goecia son porciones del cerebro humano. Sus sellos son, por lo tanto, un método de estimular o regular esos puntos particulares, a través de la visión.

Sus nombres son vibraciones calculadas para establecer:

a. Un control general sobre el cerebro. El establecimiento de las funciones relativas al mundo sutil.
b. Un control detallado (sobre ciertos aspectos...) del cerebro. El rango o el tipo de espíritu con el que se trabaja.
c. Un control sobre una porción específica. El nombre del espíritu.

Si digo, acorde a Salomón «El espíritu Cimeries enseña lógica», estoy diciendo que: Esas porciones de mi cerebro que favorecen la facultad lógica serán estimuladas y desarrolladas mediante el proceso llamado «La Invocación de Cimeries». Esta es una declaración puramente racional y materialista, es independiente de cualquier jerarquía objetiva. La filosofía nada tiene para decir de esto, y la ciencia sólo puede suspender sus juicios hasta que realice una investigación apropiada y metódica de los hechos que alego.

Desafortunadamente no nos podemos detener aquí. Salomón nos promete que podemos:

1. Obtener información.
2. Destruir a nuestros enemigos.
3. Entender las voces de la naturaleza.
4. Obtener tesoros.
5. Curar enfermedades, etc...

Tomé esto cinco poderes al azar; no puedo explicar todos por consideraciones de espacio:

1. Traer información a la conciencia desde el subconsciente.
2. Destruir a tus enemigos, es poder darse cuenta sobre la ilusión de la dualidad, es excitar la compasión,
3. Un naturalista cuidadoso entiende mucho de las voces de los animales que ha estudiado por mucho tiempo. Incluso un niño sabe diferenciar entre el maullido y el ronroneo de un gato.  Esta facultad será enormemente desarrollada.
4. La capacidad para los negocios será estimulada.
5. Estados anormales del cuerpo serán corregidos, obedeciendo a las corrientes iniciadas en el cerebro.

Michael Ford por su lado, en Luciferian Goetia, dice lo siguiente

(aquí también la traducción es mía)

Los temblores en la tierra es un símbolo de una fuerte voluntad e individualidad.
Enseñar filosofía moral y natural es un símbolo de inspiración en relación a sentidos que conducen a la búsqueda de respuestas y resultados mediante el Trabajo en sí mismo.
No hablar con la verdad es la imitación del funcionamiento de la mente mecánica, y por lo tanto no revela las profundidades del verdadero self, y los abismos subconscientes que se hallan dentro de él.
El generar tormentas equivale a la habilidad para causar caos en áreas del self.
Convertir el agua en vino y el vino en agua es símbolo de la simplificación de conceptos difíciles.
Distribuir senados es símbolo de los logros mediante la propia voluntad y deseo.
La tarea sugerida aquí es comentar la experiencia/aprendizaje general adquirido para con este sistema

Conclusiones personales


Los demonios, y tantísimos espíritus menores, hacen al tonto creer que le brindan sus favores cuando en verdad son más dados a retirar —en un sentido deconstructivo que poco se tiene en cuenta respecto a estas áreas de la magia menor. Con la intención de que el principiante no sea tomado por tonto configuré está pequeña guía: 

De la Voz Mágica. Tema que suele aparecer siempre en el Goecia. La voz cambia cuando se invoca, algunos sienten que es como una voz «de otro mundo». Importante es no forzar la voz y que salga como salga, cada espíritu con el que se entra en contacto regula el tono, la expresividad y la cualidad emocional del mago durante la invocación, estableciendo así un contacto más profundo y limpio con la entidad. Esto se aprende sólo en presencia del espíritu invocado. Con el tiempo se aprende a soltar el control y dejar que la voz se desarrolle. Cuando se desarrolla brinda mayor dominio sobre lo invocado y también más potencia a la palabra cotidiana

De los sirvientes. Verás que hay demonios poseedores de sirvientes, los cuales son formas más bajas con mayor incidencia en el plano material. De ahí que cuando se trabajen con estos demonios sea relativamente común la presencias pequeñas revoloteando alrededor del templo. Suelen ser ruidosos, o poner obstáculos en la vida cotidiana. Es preciso darles órdenes. Por ejemplo: protejan mi casa, o hagan esto o aquello por mí. Puede también suceder que el demonio brinde el nombre de alguno de sus sirvientes durante la meditación, ese será un espíritu amigo. Un buen mago goético debería conseguir uno o dos nombres sirvientes. Dicho espíritu será personal, y sus propiedades sólo se aplican y se reconocen por el invocador.

De la forma en que se manifiestan. Según las experiencias de muchos magos como desde mi experiencia personal, los ángeles se manifiestan de forma poco agradable —como gárgolas— e infunden tranquilidad, mientras que los demonios lo hacen bajo formas muy bellas e infunden cierta amenaza. Si se medita sobre las razones de tal contraestética manifestación respecto a la popularmente creída surgen muy interesantes insights. Cuando un demonio tiene buena relación con el mago es bello y se siente ante su presencia la tranquilidad que produce un ángel con un factor adicional: algunos sienten una energía cuya atmósfera es sentida sólo en comunión con un gran amigo, cosa que sin duda no pasa con los ángeles —se creen superiores ellos.

Del Trato. A los demonios se los trata con respeto, pero no son ni Maestros ni Guías, la autoridad de quien los invoca debe prevalecer siempre, pero al mismo tiempo la disposición debe contener cierto cariño afectivo y respeto hacia su poder y energía. El trato con los demonios prácticamente no existe entre los humanos, por ende el trato con demonios brinda perspectiva al mago sobre cómo nos tratamos para con nuestros pares. Como tratemos al demonio él nos hará espejo y nos tratará a nosotros. Yo he aprendido grandes lecciones sobre «el trato» trabajando con Goecia, especialmente cuando, en los inicios, mi disposición era amenazante hacia ellos.

Del Diálogo. Los espíritus poseen variados recursos y herramientas de comunicación, o expresión, uno puede comunicarse de manera directa y clara, mientras ellos responder elusivamente y de esa forma estar paradójicamente comunicando algo. Todo lo que sabemos del diálogo, de este movimiento de roles que va de emisor a receptor y viceversa, no se aplica aquí. Emisor y receptor es al mismo tiempo el invocador y el demonio. Con poca inteligencia, pero siendo constante en la reflexión, uno termina aprendiendo, casi a modo de efecto secundario, que la comunicación como se entiende y se aplica es limitada, es meramente un recorte brusco. Estos bufones se nos ríen en la cara de ello, siempre un demonio enseña una nueva forma de comunicar una enseñanza, tiene la habilidad de ponerla en la punta de la nariz y, de esa manera, ocultarla justo en frente de quien tiene tantos requisitos para escuchar y para preguntar. Es por todo esto que debe mantenerse con cualquier demonio el mismo pedido, emitir con voluntad el deseo de que el espíritu sea claro. Y tener siempre en cuenta que uno va a aprender de ellos y no a ser enseñado. Sin duda cada demonio enseña a aprender, mas no a saber —como todas las instituciones educacionales que existen y existirán. La enseñanza del Goecia es precisamente la inversión sana de la mismísima institución Educativa. 

Del pedido. El pedido no surge de la necesidad, sino del sentido de dirección. El invocador propone la dirección, la meta, y el demonio forja el camino. Pensamos que nuestra vida es ordenada y que obedece a un sistema donde todo está relacionado: cuando deseamos incluir una nuevo hábito debemos hacerle un espacio entre tantos hábitos cotidianos, es ahí cuando recordamos que la inclusión de un elemento modifica la relación que hay entre todos los demás. Pero cuando deseamos poseer dinero, novia/o, amante, auto nuevo, no pensamos así, allí vemos la inclusión como adición, nos cuesta mucho entender que la vida tal como está armada de por sí está excluyendo lo que se desea adicionar. Cuando se le pide algo a un demonio, en realidad se le está pidiendo que revele el camino para que eso que se quiera adicionar pueda entrar en la vida, mostrándonos con maestría quirúrgica qué elementos hay que modificar para poder decidir con más madurez si la inclusión mejora el sistema total que es nuestro orden cotidiano, o no. Tal vez, en el mejor de los casos, cuál detalle que no supimos ver es en realidad lo que no permite eso que deseamos incluir. El mago goético aprende a pensar como un demonio después de un tiempo. Recuerdo una vez cuando un principiante me decía: quiero un novio, y yo le dije, entonces veamos tu profesión. —Y qué tiene que ver mi profesión con una pareja. —Es el elemento que hay que modificar para que el sistema pueda incluir un novio. Cuando seas un Maestro/a del Goecia, estas relaciones las vas a ver con una claridad pasmosa.

Los demonios responden a al «amo», no al yo. Hasta no tener plena consciencia del amo el estudiante debe limitarse a verlos como sirvientes del «amo», y como una forma de conexión y acercamiento a él. Tiendo a pensar que cada invocación de un demonio es como un autoexorcismo, en el sentido de que parecen liberarse zonas de la mente que con el tiempo el Uno va apropiándose, más no los yoes fragmentados. Los demonios son alimento para nuestra esencia, no para la multiplicidad semicoherente que llamamos personalidad. 

Estrés Psíquico. Todo estudiante que ha llegado al Goecia, sabe qué cosa quiere decir estrés psíquico. ¿En pocas palabras? Llevar la consciencia al límite de su capacidad para procesar los insights e información provenientes de los reinos del inconsciente. Sobrepasar ese límite conduce a la posesión; estar muy debajo del mismo, al estancamiento y a la rigidez. Muchas escuelas mágicas hacen que sus estudiantes trabajen con energías difíciles pero a sorbos sobrios. No sólo nunca conocen sus límites (cosa importante para el desarrollo de la humildad), sino que fortalecen sus vicios. En Goecia se debe aprender a mantenerse solo al límite del estrés psíquico. Se deben aprender los ritmos de trabajo, de invocaciones, de meditaciones correctos para que el Goecia produzca una transformación positiva. Curiosamente aquí los estudiantes se estancan mucho, dilatan y dilatan y dilatan... Me hace reflexionar si el demonio de los hábitos de la mente del mago no es más virulento que los 72 goéticos. Estar al límite del estrés psíquico produce un poco de fatiga, esto es normal. 

Como consejeros. Piensa a cada demonio como un consejero muy muy muy sabio que tiene su estilo y su especialidad bien clara, incluyendo ciertos métodos inusuales para mostrarte cosas. Supón que vas a ver al kinesiologo por un dolor de cuello, irás tantas sesiones como le lleve reparar el problema. Si una vez reparado sigues yendo es probable que el especialista te diga: «bueno, me parece que es innecesaria tu venida», o «no me molestes por cosas resueltas, ven a verme cuando lo de verdad lo necesites», o «te sugiero que pruebes con otro profesional». Está en cada uno saber oír cuál de esas tres opciones el consejero nos está comunicando.

De los llamados Sueños Psicológicos. En el trabajo con el Goecia suelen acaecer cierto tipo de sueños que bien podemos apellidar psicológicos. Con el tiempo se van diferenciando distintos estratos, o planos, del sueño. En los sueños que ahora nos atañen aparecen personajes que son representantes de diferentes yoes del mago, proyecciones o representaciones. Todos esos personajes es el mago. La lógica del sueño en magia es poco conocida por la gente que no practica este Arte: siempre hay un Yo central, es un yo que no actúa pero tiene mucho poder; ese Yo es fortalecido con la meditaciones en torno al Ángel Guardián, el cual entra en acción por la presión de energías oscuras que le entrenan mediante desafíos. Esto es algo muy preciso, y se puede ver en las experiencias del sueño y su evolución en el tiempo. Los sueños psicológicos son una forma avanzada de psicoterapia onírica. Las energías goéticas suelen enfrentar al mago a las cosas que le enganchan —que lo apegan, poniendo desafíos fuertes. Es mejor que estos desafíos sean vividos «del otro lado» —en sueños. Acaso para el cerebro no hay diferencia entre una experiencia onírica y una diurna. No es necesario remarcar la importancia de recordar los sueños para poder lidiar allí con aquellos yoes que mantienen oposición entre sí, provocando situaciones de conflicto que no hacen más que repetirse en la psique. 

La batalla en los sueños. La batalla es la situación a resolver, define la victoria el hecho de que el sueño tenga un cierre, una resolución del problema planteado. Piénsalo como un juego, de hecho la vida misma es un juego, supongamos que el sueño acaba como un clásico: tu tratando de sacar las cosas de la casa y cada vez que te estás acercando a tus cosas estas cambian de lugar convirtiéndose en un agobiante perseguir la zanahoria. Ello puede hablar de una obsesión en sombra no resuelta, y queda calificada como batalla perdida. Es probable que ese sueño recurra hasta que lo resuelvas, y si recurre diariamente es síntoma de que necesitas la asistencia de energías luminosas, pues sin duda también en este caso los eventos cotidianos probablemente se compliquen. 

La ofrenda. Belial por ejemplo. Dice Salomón: «Se le deben ofrecer sacrificios y ofrendas, pues de lo contrario no responde con la verdad las preguntas que se le hagan; pero dirá la verdad por más de una hora a menos que sea obligado por el Poder Divino.» Parece que a Belial hay que incitarle comunicar de forma clara, obviamente no lo vamos a obligar por el Poder Divino, porque esa no es nuestra filosofía con estos muchachos. De todos modos para que sepas como sería el procedimiento en ese caso, consta de ISAG (que también es llamado causalmente «Preliminar del Goecia») y oraciones goéticas (las cuales son parvas de nombres para demostrar autoridad frente a los demonios mediante el «Poder Divino»). En la magia clásica se utiliza este procedimiento, el cual no hace más que agrandar la propia sombra y por lo tanto el demonio no ataca porque sale escarmentado, pero sí la presión de la sombra personal. Mi primer contacto con el Goecia fue desde la magia clásica y luminosa. Recuerdo que una vez amenacé (con toda la parafernalia requerida para tal fin) a Sitri con quemar su sello (la peor amenaza hacia un demonio desde dicho enfoque), incluso llegué a quemarle milímetros un vértice. Hubo una suerte de riña, pero escarmentó. Con el ego más grande que el marco de la puerta de casa, salí a dar una vuelta. Sin entrar en detalle casi me atropella un coche que venía bastante rápido en una calle donde es necesario ser muy estúpido para ser atropellado o venir demasiado distraído. En fin, vamos al otro procedimiento más afín a nuestra visión de las cosas. A los demonios les encanta la ofrenda de energía, es la forma más fácil y práctica de conseguir su amor casi incondicional, aunque esto es sugerido sólo a expertos en el tema. Los inexpertos o que no están tan seguros, otro modo es realizar lo siguiente: Una maceta con tierra, se entierra allí el sello, luego una vela negra sobre la tierra, y cualquier sahumerio (preferentemente el asociado al demonio en cuestión), lo demás es mediante la intervención de la fantasía del mago. 

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