39. Gozar, o la historia de un viejo sagitariano y sus hijos


Los descendientes del abuelo GAUDIUM. Sus hijos, novias, primos, amantes, seguidores, y algún que otro copión despliegan la familia del Gozo. Como todo clan algunos se llevan mejor que otros, y otros peor con algunos, pero la ligazón con GAUDIUM es inexorable, y Corominas y Pascual fijaron dentro de obesos tomos los citados lazos. Yo sólo me limito a contarles una pequeña parte de la historia del hijo y los nietos de GAUDIUM.

Gozar fue el primer hijo de GAUDIUM, fue popular y conocido por todas las épocas. Tanta fama suya eclipsó el nombre de su padre, y por algún tiempos muchos pensaron su progenitor había sido GUSTUS, quien engendró a Gusto, un muy conocido hijo suyo: un ser goloso, exquisito, sibarita, a veces sofisticado, elitista y hasta caro. Muchos se han confundido estos dos personajes, pues las gente obnubilada por la fama de Gozar y Gusto prescindieron recordar la principal ascendencia de ambos.

Volviendo a nuestro principal, Gozar tuvo a su vez dos mellizos: Regocijar y Regozijo, mejor conocido en estos tiempos como Regocijo. Ambos heredaron de su abuelo la “I” que con orgullo llevan en el ADN de sus nombres, estaban tan complacidos por su padre que afirmaron sus personalidades por la de su progrenitor, en vez de llamarse Gozar II (segundo) y Gozar III (tercero) prefirieron duplicarse poniendo delante de sus nombres a “Re”. Gozar es tan maravilloso, que el acto de volver a vivirlo es como una nueva maravilla para los sentidos y no la misma repetida, decían las crónicas que relataban sus respectivos nacimientos.

En su calidad de hijos fueron fans de su padre y lograron hacer recordar la existencia de su abuelo a las muchedumbres. Colosales y seductores padre y abuelo para que nietos e hijos prefirieran seguir en la construcción de una más perfeccionada identidad familiar ya iniciada, lo común de los hijos es olvidar para volver a empezar y volver a transitar lo ya caminado por sus padres sin el peso que es repetir el mismo error. Olvidar es una sana actividad de los hijos respecto al camino de los padres.

Pero los hijuels de antaño no pensaban así, eran concientes de que no nacían en la inocencia de la hoja en blanco, ni de un repollo, sino con el peso del karma de quienes los engendraron. Su camino era de la complejidad al conocimiento para terminar, quienes lo podían lograr, en la inocencia del niño que sólo disfruta y contempla. Muy diferentes son los hijuelos de hoy, muy diferentes!! Se oye así quejarse al viejo Regocijo que ha sido desplazado y confundido por un joven déspota de nombre compuesto, y que muchos se atreven a nombrar sin pensárselo dos veces lo que están diciendo. Si.. de él estoy hablando, de Entre-ten-y-miento. Ambicioso de seguidores, da a los pueblos pan y vino, y promete Regocijo... y todos le creen. El verdadero Regocijo ya viejo, ya cansado, recuerda junto a su hermano las primeras enseñanzas de su padre Gozar y su abuelo GAUDIUM.

Me adelanté demasiado en esta historia contándoles el final por adelantado. Centrándome en la descendencia de Gozar olvidé hablar de él. Siempre la historia se repite en todas las familias de generación en generación. Les decía que nadie se preguntaba por el padre de Gozar y ello llevó a no saber quien era por un largo período. Yo ahora, estaba cayendo en lo mismo, hablando de Regocijo y Regocijar nada les conté de Gozar. Sin querer mis palabras destinaban repetir esta historia familiar.

En fin... Gozar, que era Sagitariano (versátil como Géminis pero profundo, optimista rayano en el fanatismo; locuaz como Los Gemelos pero con menos tacto social) en épocas donde la moneda corriente espiritual se llamaba cristianismo él se sentía poseedor de Dios, y ello lo manifestaba con tal alegría que su gracia fue citada en San Pablo, San Juan, Santo Tomás de Aquino, y muchos más. Es una incógnita hoy por hoy que siendo él fuente de inspiración de tantos Santos no haya sido el Primer Canonizado. Pero yo tengo mi teoría, y es que Gozar siempre ha sido y es de feroz independencia, amante de la libertad y renuente a sentirse encorsetado por todo tipo de filosofías, morales y discursos. Gozar es esencialmente amoral, y como tal es quien con tanta facilidad puede construir todo tipo de morales, reglas y diferentes formas de fe. Es un espíritu libre, que irónicamente participa con todo su ser disfrutando a través de todos sus poros de aquello que le alimente el alma, pero el compromiso de Gozar no es equivalente a la falta de libertad que a veces viene como un combo junto a los compromisos.

Gozar es libre, aventurero, espiritual y corporal, viajante solitario y a la vez quien lleva a otros a conocer nuevos mundos. Más bien él permite que conozcamos mundos nuevos, esos que siempre estuvieron cerca pero que sin Gozar de nuestro lado hubiesen sido imperceptibles.

Gozar inunda con fuerza orgásmica, llena de entusiasmo y plenitud.
Gozar está a siete pasos por delante de GUSTUS, que es Taurino (sexual como Escorpio pero carnal, sibarita como el Escorpión pero menos sofisticado) y en otro post hablaremos de su historia.

Como podrán apreciar Gozar está lleno de paradojas, y tal vez hayan sido éstas las que desplazaron a sus dos hijos por Entre-ten-y-miento.

¿Y la relación de Gozar con Entre-ten-y-miento? Sólo sé que cuando le hice esta pregunta a él, se limitó a contestar: “Entre-ten-y-miento fue uno de mis inventos, lamentablemente no sabía que se me iba a ir tanto de las manos, ni que hubiese sido tan esclavo de su necesidad de fieles, a diferencia de él yo no estoy tan disponible. Entre-ten-y-miento se vende de muchos modos y a muchos precios, a mi todavía me tienes que buscar, pues no hay valor que pueda comprarme cuando no contagio a quienes me desean pero no me buscan.”

Fin de la historia hasta hoy, ¿Mañana? No lo se, Gozar es tan impredecible. 


De «El Libro Azul».

Comentarios

  1. Rafael:
    Ambos textos me resultaron formidablemente simpáticos.

    Son una descripción tan acertada que me generó un ataque de risa. Sé que no se plantea desde una perspectiva totalmente optimista, pero revela una inocencia (o ignorancia, podría decir) Sagitariana que está muy presente y se convierte en el dual ejemplo de "sentir el infierno de la suerte y la abundancia pero, a su vez, reírse del mismo y de la propia vida".

    Es cierto que, como Sagitarianos, es una tarea ampliamente difícil -sino inalcanzable- tomar noción de cuán hondo calamos en la vida de otros.

    Me resultó particularmente cierta la parte en la que remarcás que tenemos fieles seguidores hasta que encontramos un juguete nuevo y los dejamos siguiendo una doctrina fundamentalista... ¡como si pudieran hacerse cargo solos!

    Sucede que para nostros es tan simple el fuego, las ideas, la voluptuosidad, que muchas veces pecamos al pensar que los demás digieren -palabra muy bien utilizada por usted- las cosas del mismo modo que nosotros (quizás ni siquiera digerimos, simplemente hacemos un gran banquete y pensamos, inocentemente, que no tendremos colesterol ni engordaremos).

    También es increíblemente acertada la parte en la que dice que, luego, nos tenemos que hacer cargo de esos fieles, seguidores y abundancias... preguntándonos a dónde quedó el gozo ¡pues no tenemos tiempo!

    El gozo cuando es excesivo se convierte en una obligación, es decir, se desliga del concepto de gozo para convertirse en un gozo que es obligatorio cumplir, ergo, finalmente se traduce en una molestia.

    Naturalmente, nos encontraremos con nuestros "fieles" demandando mediante millones de mensajes y ofrecimientos, sin comprender que no tenemos un solo seguidor sino cientos, que no podemos manejar todo el placer que surge y que, en última instancia, la plena libertad Sagitariana se termina viendo coartada precisamente por darse.

    Entonces vamos, venimos, jugamos, decimos, colaboramos... pero, por favor, ¡regálenos una semana de 14 días para poder disfrutar todos los placeres que aparecen!

    ¿Cómo gozar si el gozo excede una vida entera para vivirlo?

    Somos Sagitarianos, viviremos plenamente hasta que el gozo nos agobie, para buscar un gozo que reemplace a otros gozos y nos permita, en última instancia, poder quedarnos quietos y disfrutar sin pensar en todas aquellas cosas que aún tendremos que disfrutar pero no podemos abarcar en nuestra agenda.

    Al fin y al cabo, todo fuego al expenadirse se convierte en un incendio.

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  2. Ambos textos me resultaron formidablemente simpáticos. Son una descripción tan acertada que me generó un ataque de risa.

    Dice wiki sobre simpatía: “El término deriva del griego simpatía συμπάθεια (sympatheia), palabra compuesta de συν πάσχω + = συμπάσχω, literalmente "sufrir juntos", "tratar con emociones ...".”

    Hasta sagitario la emoción y el yo se mezclan, generando una identificación natural respecto a las emociones. Esto llega a su máximo en Escorpio. En sagitario aparece un concepto nuevo en el zodíaco, una inversión importante respecto al yo como generador o causa de emociones. Ya no hay padecimiento sino simpatía, en el sentido de que emoción y yo se encuentran para reírse uno del otro un rato y transformarse uno con el otro. La autonomía no se ve afectada por la emoción, pues se la ve cómo verdaderamente es: simplemente ajena. No de otro, no por culpa de otro, sino ajena. Yo no soy eso. Esta es la base desde la que surge conceptualmente la negación sagitariana, como su optimismo y autosuperación constante. A veces se olvida de donde salen esos atributos sagitarianos.

    Sé que no se plantea desde una perspectiva totalmente optimista, pero revela una inocencia (o ignorancia, podría decir) Sagitariana que está muy presente y se convierte en el dual ejemplo de "sentir el infierno de la suerte y la abundancia pero, a su vez, reírse del mismo y de la propia vida".

    Yo creo que se parte siempre de la ignorancia, y mucho tiempo después uno vuelve a ella y la encuentra transformada en inocencia. Creo que la inocencia es la evolución de la ignorancia, sin la segunda no podría existir la primera. La simpatía descentra, cambia el “me” por el “con”. Ya no me pasa X, sino que yo soy momentáneamente con X. De ahí que sagitario pueda sentir un infierno y reirse del mismo, porque él no es el infierno que momentáneamente lo acompaña.

    Es cierto que, como Sagitarianos, es una tarea ampliamente difícil -sino inalcanzable- tomar noción de cuán hondo calamos en la vida de otros.

    Si tomara noción no calaría en la vida de otros. Así de simple. Así de vital. Así de libre. Hay arenas que moldean su geografía con el viento y otras que no. Pero el viento no viaja sobre ellas con el fin de moldearlas.

    Me resultó particularmente cierta la parte en la que remarcás que tenemos fieles seguidores hasta que encontramos un juguete nuevo y los dejamos siguiendo una doctrina fundamentalista... ¡como si pudieran hacerse cargo solos!

    Por eso Gozar inventó a Entre-ten-y-miento: “Ambicioso de seguidores, da a los pueblos pan y vino, y promete Regocijo... y todos le creen.”

    Sucede que para nosotros es tan simple el fuego, las ideas, la voluptuosidad, que muchas veces pecamos al pensar que los demás digieren -palabra muy bien utilizada por usted- las cosas del mismo modo que nosotros (quizás ni siquiera digerimos, simplemente hacemos un gran banquete y pensamos, inocentemente, que no tendremos colesterol ni engordaremos).

    Yo creo que Sagitario hace con los sentidos (filosofías) lo que Géminis hace con las palabras (ideas): grandes y variados banquetes.

    El gozo cuando es excesivo se convierte en una obligación, es decir, se desliga del concepto de gozo para convertirse en un gozo que es obligatorio cumplir, ergo, finalmente se traduce en una molestia.
    Naturalmente, nos encontraremos con nuestros "fieles" demandando mediante millones de mensajes y ofrecimientos, sin comprender que no tenemos un solo seguidor sino cientos, que no podemos manejar todo el placer que surge y que, en última instancia, la plena libertad Sagitariana se termina viendo coartada precisamente por darse.


    El sagitariano oscila entre ser Gozar o Entre-ten-y-miento.

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