Sallos

En el seno de la dualidad, está cercado el que se dice sin igual. Ibn Arabi.

Una direccionalidad excesiva cristaliza el carácter que luego la sustenta y justifica. Entonces se hace presente otra fuerza, de cualidades aparentemente contrarias, a ofrecer resistencia.
Dicen que Sallos es un guerrero que prefiere comer y beber a pelear, pero una vez en batalla el no huirá hasta que todos sus enemigos estén muertos. Cuando come y bebe, entonces come y bebe; cuando lucha entonces no se detiene hasta vencer a todos y a cada uno de sus enemigos. No se trata de una aptitud guerrera u holgazán entregado a los placeres fáciles, se trata de una aptitud determinada y decidida en la amplia gama de objetivos que van desde el estado de placentero adormecimiento hasta el de concentración y alerta.

Donde sea que se entregue, en el campo de batalla o en el bar, se olvida de todo lo demás, anterior o venidero.
Sallos abraza la resistencia sin perder la dirección de su carácter natural y definido, razón por la cual prefiere comer y beber. Esa cómoda pacificación de los impulsos.

A quienes aprendieron de la mano de Sallos a amar a la resistencia, incluso preferirla, sin perder un gramo de determinación en sus empresas. Así han logrado protegerse de la ambición en el seno de la dualidad. Ligado al mago por una cinta roja le protege de la ambición en empresas desafiantes.

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