Escorpio, o cuando la transformación no puede ser a medias



En el texto, Oskar Adler, se pierde por momentos en circunloquios como estrategia para no decir directamente lo que está diciendo, forma de endulzar apenas un poco su tema.

Pero yo, humilde servidor del autor, quitaré de su expresión todo tipo de eufemismos, clarificando la cruda realidad que disimula pero expresa.

Se caracteriza el Hombre de Escorpio por su capacidad en acopiar y apropiarse de las fuerzas psíquicas de quienes le rodean, hasta el extremo de llegar a “brindarlas” como suyas a los mismos seres que se las quitó en el momento justo donde éstos, necesitados de protección e inferiores a él, deben rendir homenaje a su bondad.

A modo de describir sintética y exteriormente sus relaciones con la gente del medio en que actúa, lo encontramos rodeado las más de las veces por grupos de personas que, como hechizadas por un encanto secreto, llegan hasta él para dispensarle el alimento psíquico –dejarse expropiar psíquicamente como si fuesen esas personas favorecidas por tal dispensa, en lugar de ser lo que verdaderamente son: dispensadores.

Otro arácnido, la araña, perteneciente al mismo género que el escorpión, teje pacientemente su red, que lejos de abandonarla para “salir de caza”, se queda a esperar a “sus dispensadores”. Atraídas de pronto por algo que ni ellas aciertan a explicarse, las moscas quedan enredadas en esta red, y la araña se limita entonces a acercarse y succionarlas.

La tela araña también sirve como lecho de sexo reproducción y muerte. Cuando la araña macho se ha acercado lo suficiente a la araña hembra, paciente e inmóvil como cabría esperar sobre su propia red, -atraído hacia ella por el obvio impulso original- ésta, luego del acto “nupcial”, mata a aquel y lo succiona. Muy pocas veces logra la araña macho salir ilesa de la “aventura”.

El Hombre de Escorpio se vende como súbdito de sus vínculos-alimentos, emitiendo el mensaje “su deseo es para mí como una orden”. Amante que satisface los deseos inexpresados de su compañera, servil y eficiente empleado de su jefe, amigo gracioso y condescendiente. Lisonjear, adular, engatusar, elogiar, loar, alabar, y hasta festejar-la-estupidez ajena cuando precisamente es de algo de lo ajeno que se quiere apropiar.

De esta herramienta tan peligrosa como eficaz, una vez reconocida, y la manera en que sea utilizada diferenciará al tipo altamente evolucionado del tipo poco evolucionado de Escorpio.


El Hombre de Escorpio inferior


El tipo inferior de Escorpio se presenta con claros rasgos femeninos, mientas que el superior comienza a desarrollar claros rasgos masculinos. Independientemente de que la persona sea varón o mujer.
Es así que el arquetipo presente aquí, tanto en el varón como el de la mujer, será el de la “mujer demoníaca”, en medio de su corte de almas “esclavas” yacerá el tipo inferior de Escorpio entronizado. Servirle es algo así como una distinción especial que terminará impulsando al Hombre de Escorpio a “imponerse”, creyendo indudablemente en su poderío y distinción.

Se constituye como meta única el aumento del propio sentimiento de poderío, aunque no sea propia y concretamente una meta.

En cuanto obtiene un determinado poder, desaparece el interés que llevó a conquistarlo, y la atención se vuelve ávida a otro objetivo, aún no conquistado. Es así que sucede que de este comportamiento se originen síntomas de tipo obsesivo, los cuales, en principio, aparecen en la esfera del juego erótico, y representan exactamente lo contrario a Tauro, es decir: infidelidad, impiedad, ingratitud o –expresándolo en forma general- falta de memoria moral.

Absorbido profundamente en la consecución del poder personal, no asumirá ninguna responsabilidad que no le garantice un avance en sus propósitos. Es decir: no hará nada por nadie de forma sostenida y desinteresada por mucho tiempo.

Pero claro, no siempre se consiguen los propósitos auto-impuestos de poderío y distinción. Y allí donde no se produzca el “éxito” ansiado como fenómenos compensatorios frecuentemente aparece: la conversión de fracasos en “éxitos” (megalomanía); el afán de hacer aparecer como importantes, ante sí mismo y ante los demás, éxitos que en realidad son insignificantes (autoimportancia personal); omitir completamente los propios errores e incapacidades, mientras defenestra a otros compañeros con que realiza las mismas tareas (negación).
Todos y cada uno de ellos con la pizca infaltable de la Glorificación.

La utilización intensa y constante de las energías psíquicas de los demás va pudriendo lenta y constante la esencia del Hombre de Escorpio debilitándolo más y más en sus fuerzas, aspectos que lamentablemente aparecen casi al final de la vida, momento donde ya ni vale la pena –sin contar que es casi imposible- realizar los ajustes internos necesarios para repolarizarse. Sus poderes magnéticos se acaban y es abandonado cuando más necesita de los demás.

(¿Cómo saber cuando el Hombre Escorpiano está utilizando de forma desmedida energías psíquicas ajenas? Cuando muestra una gran falta de energía o apatía en: formar sus propias ideas, realizar una teoría personal de lo que aprende en la vida, pensar, elaborar y resolver por sí mismo la solución de problemas que exigen creatividad. Cuando no puede justificar claramente sus acciones. Cuando su pensamiento es un reciclaje de los pensamientos de su entorno, cuales sabe aplicar incluso a veces mejor que su entorno, y cuales hasta sabe utilizar eficientemente en algunos momentos incluso contra su entorno.)

Seguimos con lo nuestro. No se trata de alimentar la propia alma con las fuerzas nutricias que se sustraen a los demás, sino de emplear las fuerzas psíquicas acrecentadas e interiormente transformadas de manera que les sea ya imposible inferir heridas, sino, al contrario, restañar heridas.


El Hombre de Escorpio superior


Y es así que las fuerzas de sugestión que antes no servían más que a fines egoístas se despojan de tal egoísmo y se ponen al servicio del amor redentor, desinteresado. Y con esto se muestra ante nosotros la función esencial del Hombre de Escorpio altamente evolucionado –en principio, como “médico”, en el más amplio sentido de la palabra-, del hombre del cual emanan fuerzas curativas.

Pero para ello es preciso realizar una profunda y sostenida autotransformación personal. Transformarse es realizar la destrucción de muchos juicios y fijaciones y obsesiones y deseos internos, los cuales siempre son absolutamente egoístas. Irónicamente el tipo inferior de Escorpio le es más costosa esta tarea. Sabe que transformarse será exponerse, saberse desprotegido, y esto le produce terror, y este terror le llevará a la autoconmiseración que atraerá nuevas personas-alimento en su vida para volver a repetir el ciclo antes descrito.

Muchas veces el tipo inferior de Escorpio está a punto de cambiar, de repolarizarse, pero ante su miedo sufre y en su sufrir atrae siempre justamente lo que necesita para no cambiar.

Así como de los órganos sexuales parten fuerzas que regeneran siempre al cuerpo físico, es deber del Hombre de Escorpio altamente evolucionado constituirse en un portador de regeneración para la humanidad y para sus semejantes. Constituirse en sentido amplio en exactamente lo opuesto al Hombre inferior de Escorpio.

Examinando los símbolos del planeta Marte y del signo de Escorpio, vemos que en ambas figuras hay una especie de punta de flecha, que, en el caso de Escorpio, nos recuerda, acaso, el “gancho” del escorpión, y en el caso de Marte, nos hace pensar en la “flecha” como instrumento “marcial”, esto es, “de guerra”. Pero del mismo modo en que el “gancho” del escorpión puede convertirse, en manos del médico, en la aguja de inyecciones, en la vía de inoculación del suero terapéutico, la flecha de Marte puede también llegar a ser, en el sentido del Escorpio elevado, el símbolo de una muerte voluntariamente asumida, impuesta a la vida de las bajas pasiones, que debe morir en nosotros, para renacer como amor superior, desinteresado, más allá de los sentidos, “curativo”. 

De «El Libro Azul».

Comentarios

  1. Hola. Lei completamente el informe. Nunca me sentí tan desnudo en la descripción de la esencia de un escorpiano. Estoy en el proceso de evolución. Necesito destruir para volver a renacer y contruir sin dependencia alguna. Esa es mi meta. Gracias por haber puesto este blog y por el contenido. Saludos. Jorge F.

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  2. Leí el informe, es distinto a otros que pululan en diferentes lugares. Tal vez por su profundidad. Me he sentido identificada en alguna medida, estoy en proceso de evolución y he cambiado muchos aspectos de mi interior. Mi entrega ahora es totalmente desinteresada. Muchos me buscan para conversar, contarme sus cosas, porque sienten que podré comprenderlos y ayudarlos. Esto me hace sentir bien, con una cierta tranquilidad...algo que aún no logro completamente. Estoy casi en una constante lucha contra la actividad mental y febril, algo que no consigo controlar y esto me quita energías...será normal ??
    Muy bueno el artículo.
    Mariana Bernales

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  3. Muy buen artículo!

    Comento nuevamente. Si bien soy Sagitariana, en casa 1 solo poseo mi ascendente en Libra y...

    Marte (3º57') y Plutón (6º38') en Escorpio.

    Comprendo que al no tener otros aspectos en Escorpio, no puedo darles esperanzas a todos. Sin embargo, me gustaría decir, es posible elevar este aspecto.

    Es cierto que la gente nos siente misteriosos (en mi caso, no hay misterior, es solo una sensación ajena). Nos podemos sentar a esperar y la gente cae, naturalmente, cual araña en la red. Sin embargo, creo que hay APRENDIZAJES en base a la muerte escorpiana que son mucho más fuertes que la muerte escorpiana en sí: El renacimiento.

    Escorpio -repito: al menos con mis aspectos- fue un terrible destructor. De cada destrucción, logré más aprendizajes. De cada destrucción, logré llevar mis actitudes de "vampirismo energético" a "sanación energética". Desgasta mis energías, apropia gran parte de mi tiempo... pero, sin embargo, toda la gente que se me acerca y me pide que haga un analisis de una situación o de su propia personalidad, sale de algún modo fortalicida.

    En algún momento no fue así, cometí serios errores. Hasta que una ex novia se cortó a causa de mis palabras. A partir de eso, mi psíquis entera cambió. Me di cuenta de que el poder de las palabras, el poder para dar vuelta la psíquis de alguien con solo escribir un par de párrafos, es una bestia que MERECE ser domada y transformada en algo creativo y libre.

    Le tengo mucho miedo a ese aspecto de mi personalidad pero creo que se puede manejar. Logré empezar a aprender de mis errores, logré darme cuenta de que por mucho aguijón que tenga, nada es mejor que usar la potencia y el poder de manera controlada. Otras personas nos conceden esos privilegios, entonces es necesario respetar y cuidar la vulnerabilidad que conlleva lo que nos es concedido.

    En un aspecto más íntimo, la conjunción Marte-Plutón en Escorpio casa 1 me trae graves problemas en el area sexual. No solo a razón de sexopatía, sino que NO logro tener una sola experiencia sexual en la que la otra persona no quede... encantada, hechizada.

    Cuando era adolescente jugaba con eso. Al final, me di cuenta de que DESTRUIA en un acto de amor. Porque no puedo ir a ese acto sin que haya amor. Mis intenciones de sexo esporádicos, por ejemplo, siempre se ven frustradas por la obsesión que genero en los congéneres masculinos. Femeninos, también, inclusive mujeres heterosexuales.

    En este caso, siento que es una energía que no puedo controlar. Vi cómo se dio vuelta la psíquis de hombres que estuvieron conmigo y... ¡Otros que ni siquiera me han conocido en persona! Prefiero, luego de cierto "tiempo evolutivo" intentar suprimir, oprimir, cancelar por todos los medios mi energía "vital-sexual" concedida por esta conjugación antes que dañar más gente. El amor que genera esta conjugación no es amor: es obsesivo, es una simple respuesta física, es embelezamiento, es obsesión, es posesión, es locura, es lujuria...

    ... A veces duele, y mucho, cómo lo que esta combinación me genera en casa 1 lleva a que tanta gente me idealice, sienta un magnetismo que me agobia y me lleva a gastar todas mis energías en proteger a los demás de su propia atracción por mí.

    Dejan de verme como realmente soy. El sexo es pasión y la pasión es irracional, lleva a cualquier hombre a la locura y la ridiculez.

    Saludos :)

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  4. La oscuridad asociada en tu texto yo la pensaría más libriana que escorpiana. Fijate el enfoque de libra que hago en mi libro "el zodíaco esotérico". Y cómo diferencio a libra de escorpio. Creo que eso te podría dar unas ideas interesantes para pensar más el tema. Prueba de pensar tu carta como su la casa VII fuera la casa I. Asumo que sos una mujer por tu nombre y asumo que eres homosexual cuando hablas de tu ex-novia. Por como te expresas yo me enfocaría en tu carta considerando, como dije arriba, la VII como si fuera la I. De ahí que resolvería el porqué aparece siempre la conjunción plutón-marte en las relaciones con los demás. También tu sol estaría hipotéticamente en la casa VIII, y eso te daría el tono escorpiano solar que confundís con marte-plutón. Fijate si así tu carta te da más respuestas, o nuevas formas de abordaje que logren contestarte más cosas.

    Te agradezco tu aporte. Un abrazo.

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  5. Esta descripción es exacta. Deseo agregar que Escorpio generalmente comienza en Escorpio inferior y que de la única manera que este logra evolucionar altamente es con pruebas de amor incondicional, solo hay que entregarle el amor a Escorpio, porque Escorpio solo espera amor, si ocurre este milagro, Escorpio finalmente se rinde solamente al amor y es ahí donde se transforma en curador.

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  6. la descripción es buena, me sentí como visto por rayos "X", aunque la el autor necesita a usars más conectivos, se hacen difícil entender el texto... más conectivos y un correcto uso de los signos de puntuación y exclamación, harían el texto más entendible.

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